
Así fui creciendo con muchas Interrogantes de la vida, a mi corta edad no entendía nada de lo que nos acontecía; (a mi hermano mayor y yo) yo solo sabia que sufría. Todas estas cosas y la educación estricta y muy dura disciplina de nuestras tías, hicieron de mi una persona muy dura de corazón. Había mucho odio y rencor en mi ser por todas las cosas que me acontecían. [Y sucedió que llegue buscando] refugio en el Alcohol y todo tipo de vicios. Así pasaba los días, los meses, y los años. Por esta conducta que yo asumía y esta forma de ser, perdí mis trabajos por mi irresponsabilidad y también no llegue a concretar un matrimonio por la misma razón.
Regrese a pensar que así acabarian mis días sumergido en los vicios del mundo. Finalizando el año 2001, viaje de México hacia los Estados Unidos, invitado por mi hermana menor, y el año 2002 fue exactamente lo mismo (aquí en una nueva residencia) de total desenfreno.
Resignado a mi suerte (como suele decirse) pasaba mis días y un día de tantos que no fui ha trabajar por haber amanecido bajos los efectos del alcohol. Me desperté en el sofá de la sala del departamento donde yo habitaba. Estaba solo y al abrir mis ojos vi la luz del sol en la ventana, como pude me puse de pie, fui hacia la ventana subí las cortinas y el pasaje que vi era de un cielo azul con unas nubes blancas y a pesar de la pena, la vergüenza y de lo mal que me sentía físicamente, y siempre mirando al cielo me hice estas preguntas: Sera esta la vida? Sera que siempre tengo que vivir así? Después de estas preguntas empezó un nuevo amanecer para mi detrás de esas nubes blancas y mas allá de ese cielo azul, alguien escucho mis lamentos y acudió para ofrecerme ayuda. A los pocos días dos jóvenes tocaron la puerta los cuales se identificaron como misioneros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días y a pesar que esos jóvenes no hablaban bien el Español y yo tampoco sabia mucho Ingles, como pudimos nos entendimos. En este encuentro todo lo hizo el Espíritu que estos jóvenes llevaban consigo, nunca voy a olvidar ese momento tan maravilloso en que el Señor se digno mandar sus ángeles para que me liberaron de las cadenas de esclavitud en que el mundo me tenía atrapado. Mis datos: nombre, dirección, y número telefónico que les di, los pasaron a misioneros que hablaban bien el Idioma y así, con ellos, llegue a obtener conocimiento del mensaje de Dios, de la restauración, y del Libro de Mormón.
Cabe hacer mención que yo nunca había escuchado el nombre de la Iglesia. De lo que si había escuchado algunas veces era la palabra, "Mormones".

Mi testimonio al mundo: He conocido al Señor. He sentido en mi vida sus bendiciones, ahora soy una nueva persona en Cristo. Hoy: se amar, hoy se perdonar y en mi corazón a nacido la caridad, hoy me he fijado un meta, que es el reino de Dios, por lo cual me preparo día a día trabajando en la obra del Señor, orando y estudiando las escrituras para cuando se llegue el anhelado día de estar ante la presencia del gran Jehová y se hallado libre de culpa, y disfrutar por las eternidades de su presencia.
Creo que la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días es el el reino de Dios que a sido restaurado en la tierra. Que el profeta José Smith, fue preparado para hiniciar esta ultima dispensación del cumplimento de los tiempos. En el nombre de Jesucristo, Amen
Hola Hermana Martinez. Con frecuencia recibo correos electrónicos a través de mi página web (allaboutmormons.com) de gente que está interesada en la Iglesia. ¿Podría encaminar algunos de estos mensajes a usted para que pueda ayudar a estos investigadores? Si puedo, por favor envíe su dirección de email para webmaster@allaboutmormons.com
ReplyDeleteGracias, Jacob